martes, 22 de octubre de 2013

La técnica para servir a la desesperación es no sonreír a la amabilidad y correr de la manos tendidas. Así es como todo sigue su curso, simplemente correr.

domingo, 16 de junio de 2013

Tendría que cambiar lo que soy, y es demasiado tarde para eso.
Susurros y árboles, esa es mi vida.
El punto final será mi árbol, uno para caer.

jueves, 30 de mayo de 2013

"Cuando comenzamos a hablar sin aire, que las palabras se pisan unas con otras, y de repente no recuerdas qué decias."
"Nervios."
"Miedo."
"¿Por qué me dices eso ahora?"
"Para que te percates de que el miedo es parte de mi, y de mi personalidad. Nunca me abandona."

miércoles, 22 de mayo de 2013

"Perdimos la batalla y los sentidos.
Ahora ciegos intentamos encontrarnos, pero tú te fuiste en otra dirección.
Y yo no me muevo, pensando que caminas a mi alrededor y algún día me cogerás de las manos."

domingo, 28 de abril de 2013

"¿Qué ocultas?"
"Mis deseos de gritar de miedo."

jueves, 25 de abril de 2013

Desaparecieron los órganos vitales.
¿Dónde estan mis pumones?
Defectuosa, necesitaba y necesito reparaciones, pero no tengo arreglo.
Me han dejado vacía.
¿Dónde está mi corazón?

martes, 16 de abril de 2013

Olvidadme.
Odiadme.
Que me pudra entre las ramas, que caiga y sólo queden mis huesos.
Que la ayuda no me beneficia. Que los recuerdos no me reconfortan.
¿Debo vivir así?
¡Dadme el derecho a terminar lo que empezó! ¡Dadme las armas del fin!

sábado, 13 de abril de 2013

Hubo una vez en que mi salida no fue huir. Mi salida fue luchar.
Y esa fue la ocasión en la que la bala atravesó mi vientre y dejé de moverme.

jueves, 11 de abril de 2013

Recuerdo que cuando era pequeña y hacía algo más de un año de lo ocurrido, un hombre de La Torre se acercó a mi. Sabía quién era yo, como todos allí. La que no habla y a la que no pueden "guiar".
Estaba sentada en una silla del pasillo y balanceaba mis pies.
El hombre se acercó y se agachó para ponerse a la altura de mis ojos.
Parecía un gesto paternal.
"¿A quién vas a querer tú?"
Y no contesté, porque los muertos no cuentan.
Todo el mundo quiere a los muertos.

sábado, 6 de abril de 2013

"Sufrir no me mantiene despierta, porque entonces ¿Cuando iba a dormir?"

jueves, 28 de marzo de 2013

"La muerte no es fácil. Nada lo es."
"Me estás mintiendo para que elija vivir."
"Nunca te mentiría, Demise. No después de quince años sin hablar."
"Si elijo vivir pasarán aún más años sin vernos."
Sonrió. Como echaba de menos esa sonrisa.
"No trates de convencerme para convencerte a ti misma. Ya estoy en el otro lado, es tu decisión, no la mia. Pero déjame darte un consejo; a pesar de que los años pasen no me olvidarás, y yo tampoco a ti. Siempre estaré contigo, hasta que todo acabe. Quiero que vivas lo que yo no viví, que el tiempo sea de los dos. Quiero verte viva, Demise. No quiero un final como el mio para ti."

miércoles, 20 de marzo de 2013

Sólo las fugas planeadas salen mal

sábado, 9 de marzo de 2013

"En los cumpleaños deben soplarse velas"
Eso dijo mi hermano, y las imagenes se sucedieron, el tiempo pasaba y el cumplía un año más, pero las velas se reducían una unidad cada vez.
Hasta que pasó a la imagen contigua de una vela, no había nadie, solo una tarta sin luz.
Y yo me hallaba de pie, con una cerilla encendida entre los dedos.

jueves, 28 de febrero de 2013

Dejé que el viento me hiciese sentir mejor.
Inspiré y mis fosas nasales se abrieron .
Solté una carcajada por lo ridícula que debía de parecer.
Me aparté un mechón de pelo.
Y fue la primera vez que me sentí joven, libre y cálida.

sábado, 16 de febrero de 2013

Demise... Demise
Ella nunca se ha merecido eso, jamás quiso ser centinela, ni guía. Nada en realidad.
Mis padres nunca la escuchaban, simplemente veían al orgullo de la familia, no les importaba sus preocupaciones o miedos.
Ella venía hacia mi, esperando que su voz consiguiese llegar a mis oídos. La oía.
Siempre lo hacía.
Ella, tan pequeña. Tan temerosa del mundo.
Paseábamos juntos por el bosque para que olvidase todo lo que rodeaba su futuro, todo lo que le aguardaba.
Me cogía la mano y saltaba desprendiendo la tierra de las suelas de sus zapatos.
Recuerdo cuando entró en la torre. Como miró hacia atrás y sus ojos se posaron en mí, sentí como me gritaba que la salvase, pero no podía, no pude.
Al ver a mi hermana pequeña encerrada para ser lo que era sin en realidad querer serlo, corrí hacia el bosque, y desde nuestro árbol veía el edificio a través de la niebla de la ciudad.
Sabía que ella me admiraba. Que me tenía como a un héroe.
Pero aquí la heroína es ella. Quien me salva, quien me apoya y quien me hace sentir que no estoy solo.
Cuando tus padres ni te miran, sólo te queda tu hermana.
Ella lo es todo para mi. Y siempre lo será.


Ese día sentía que algo me atraía a la tierra, pero yo quería estar arriba.
Cuando viento atravesaba mis ropas desde la rama, desde la distancia de las raíces.
Los pájaros volaron, y en los reflejos de sus plumas vi que mis pies tocaban el aire.
Que mi cuerpo flotaba en la inmensidad.
Y mi mente susurraba a la muerte pero gritaba a la vida.
A la vida que dejaba atrás, a la vida que pasó, y la vida que viví.
Y en ese momento, cuando sólo ves las ramas sobre ti, el viento cantar y la niebla bailar.
Vi a mi hermana, en qué sería de ella.
Demise.
Mi último pensamiento fue Demise, y me sentí triste.
Iba a quedarse sola. Iba a quedarme solo.

Fotografía: To be airborne
Todos tenemos un árbol para caer

martes, 29 de enero de 2013


Se que muchos se preguntan porqué no voy a la tumba de mi hermano, y lloro allí.
Parece ser que está mejor visto lamentarse delante de una roca escrita.
No le ven el sentido a que yo me columpie entre hojas vivas.
Pero no me importa, allí no está Vincent. Lo sé.
Está aquí. Porque es donde le gustaría pasar la eternidad.
Sería una eternidad hermosa.

lunes, 28 de enero de 2013

¿Dónde está la salida?
"La dejaste atrás hace mucho tiempo, cuando te perdiste a ti misma."

jueves, 24 de enero de 2013

Y aferrandome a luchar por nada. Porque si ya lo había perdido todo, podría hacer cualquier cosa.
No sé el número, pero me rodeaban completamente. Cinco quizás.
Cinco hombres, cada uno con sus armas.
Yo. Una chica son las manos desnudas y todo por perder.
Sinceramente, el peligro soy yo.
Cerré los ojos, noté el aire en mi tráquea y me preparé para moverme.
Giré a gran velocidad y pasé por debajo del brazo, le empujé la espalda los suficientemente fuerte como para derribar al que tenia en frente.
Debía eliminar a cuantos pudiese, o me perseguiría el mismo número.
Aprovechando el impluso, cogí el cuchillo de las manos de derribado. Y con todas mis fuerzas los clavé en su cintura e intenté moverlo a lo largo de su cadera, pero no tenía tiempo.
Intenté correr, pero caí con estrépito sobre las hojas secas de los árboles que siempre me habían dado refugio.
Tenía el tobillo atrapado por un látigo negro.
Cuatro hombres venían hacia mi.
¡Reacciona Demise!
Con rapidez quité el cuero que me apretaba la piel, lo cogí con mis manos y tiré, pero él era mas fuerte. Ya estaba cerca, muy cerca.
El cuchillo brillaba en su otra mano.
Su otra mano...
Cogí un puñado de tierra, lanzándosela a la cara. Dió un paso atrás bajando la guardia, me levanté y le arrebaté el metal. Me estaba agarrando del cuello, pero yo le corté el suyo.
La sangre brotaba sin control y yo comenzaba a marearme por los recuerdos.
Los tres restantes venían a por mí al mismo tiempo. Tres.
Dios, por favor, no pienses en eso.
Sólo me quedaba luchar como pudiese.
Me movía rápida sin ver nada. Recibí golpes en la cara y empujones por la espalda.
Confiaba en que ellos también se golpearan.
Era el caos, y la confusión. No sabía que hacer y mi respiración era tan agitada que el corazón me explotaría.
Los gritos me hacian temblar de dolor y miedo.
Sin pensar salí de allí.
Noté el corte en el brazo.
Seguí. Y me abracé al tronco mas próximo.
Clavé las uñas como nunca lo había hecho y notaba la extrañez en mis manos. Como resbalaba en la superficie tortuosa.
¡Arriba!
Grité mientras escalaba sacrificando la piel de mis manos y la vida de mis uñas.
Estaba lo suficiente alto para que no me cogiesen, pero no sabía si llevaban armas de fuego, por lo que continué sobre las hojas.
Me senté sobre el tronco más sólido y grité por el esfuerzo.
Mi garganta temblaba y ardía. Sentía la tierra en mis ojos y la sangre en la cara.
Mire mis manos.
Faltaba algo.
En mi mano derecha el hueco vacío destacaba por el río de sangre.
Un dedo por mi vida.
Este era el juego.
Y aún no había acabado.

miércoles, 23 de enero de 2013

"Al final has acabado siguiéndome."
"No te equivoques, si pudiese hacerlo sola lo haría. No me agrada tu compañía."
"Si no te agrada, ¿Por qué me ayudaste a escalar para salvarme la vida?"
"Porque no puedo hacer esto sola."
"Tus palabras bailan muy mal, Demise. Pero tus ojos son la coreografía perfecta para mostrarme que las mentiras nunca serán lo tuyo. Soy el único que ha estado contigo mas de cuatro horas en diez años."
"Cree lo que quieras, pero la soledad siempre ha sido mi mejor compañía."
"¿Ah, si? Entonces ¿por qué tiemblas cuando simplemente rozo tu piel?"
Te has percatado de que tengo miedo, y me resulta casi imposible ocultarlo.
Porque mis manos tiemblan y mis ojos palidecen en rojo. No puedo escapar, y eso me esta matando.
"¿A dónde irás?"
Tu voz suena como si me susurrases, como si estuvieses aquí, incluso siento el calor congelado de tu piel.
No puedo escapar. No me permiten escapar.
Van a matarme.
Si gritar es de cobardes, si correr es de cobardes, si llorar es de cobardes.
Ahora soy realmente valiente.
Pero no me siento así.
La tierra a dos metros de mí está removida por mis pasos, intentando huír y al segundo parar porque me rodeaban.
Estoy rodeada.
"No puedes escapar."
Me susurras verdades.
Ya sé que no puedo escapar, van a matarme, todo va a terminar, como siempre he querido.
¿Por qué estoy tan asustada entonces?
"Te aferras a lo que tienes."
No tengo nada.
"Mientes."

lunes, 21 de enero de 2013

Hay momentos perfectos.
Hubo momentos perfectos.
Es una pena lo sepa ahora.

Fotografía: Freedom found in surrender

sábado, 19 de enero de 2013

-Estás degradada. Caminas pero en realidad no te mueves, tu mente sólo está en un lugar, ¿No te parece patético? Piensas que eres valiente porque no obedeces a los demás y te saltas las reglas delante de sus narices, pero no paras de huír, sólo huyes y siempre al mismo lugar. Piensas que nada tiene sentido, como si fueses uno de esos adolescentes que dicen que este mundo no los entiende. Pasa de fase, llevas más de diez años así, crece de una vez.

Me cogió por sorpresa que alguien me describiese con tal exactitud.

viernes, 18 de enero de 2013

Tengo la extraña sensación de que algo va a pasarme.
Algo va a ocurrir y lo cambiará todo.
Y no quiero que nada cambie, no. Si eso pasa no será nada bueno.
Los cambios no son buenos. No me gustan.
Traen malos recuerdos.
Y yo sólo he sufrido uno.

viernes, 11 de enero de 2013

Mi padre me explicó lo que era. No recuerdo mi edad, quizás cuatro años o poco más.
Pero no le importó, me lo dijo con cientos de tecnicismos.
No lo entendí.
No supe la abominación que era sin quererlo, hasta que lo leí en un libro.
Al parecer hay tres tipos; normales, guías y centinelas.
Los normales son eso, normales que no merecen la pena ni nombrarlos.
Los guías y centinelas son los especiales. O eso creen.
En mi caso, durante el desarrollo embrionario las células promotoras u organizadoras diferencian a células que posteriormente sintetizaran proteínas determinadas que solo nosotros, los centinelas, tenemos.
Así que sin pedirlo, mis células comenzaron crear y crear. Activaban genes que producían proteínas determinadas que acabarían con cualquier signo de normalidad.
Estas proteínas de nombres impronunciables provocan que mis sentidos se agudicen, y me vuelva un monstruo.
Así es mi origen, nuestro origen.
Estoy segura de que todo comenzó por un maldito experimento.
En el pasado todos eran normales como mi hermano, ahora nos diferenciamos, como las células.
Pero no somos como ellas, nosotros somos inútiles.
Somos escoria.

jueves, 3 de enero de 2013


"Las ilusiones dejaron de visitarme desde hace mucho. Incluso cabría decir que nunca lo hicieron.
Mis padres nunca me volvieron a llamar, creo que ni les importó que me fuese.
Al final el orgullo de los Tonner fue el fracaso de los Tonner. No entiendo como no les importa, como pierden a sus dos hijos, y al menos no tratan de recuperarme.
Creo que ellos saben que la mayor parte de mi tiempo lo paso entre árboles, por ello no vienen.
Odian el bosque, es el lugar de la muerte. Y aunque a veces incluso la he oido entonar dulces canciones. No temo a la muerte. Porque si me atrapa recuperaré más de lo que puedo ganar en mil años de vida."

Fotografía: The Forest